Era sábado 1 de febrero de 2020, me despertó mi padre sobre las 8:30 en casa de mis abuelos(Cheli y Mercedes),nos arreglamos y preparamos nuestras mochilas, rifles, catres… A las 8:50 nos fuimos hacia la finca, donde se celebraba la montería de  Manuel Cobos y familia. Allí saludé a los amigos de mi padre, desayuné y al rato llegó mi primo Joselete , Emilio y mi tío Jose Luis. Nosotros nos fuimos fuera a jugar, mientras repartían los puestos, una vez realizado esto, rezamos un Padrenuestro y una Salve a la Virgen de la Cabeza.

Nos montamos en los coches para dirigirnos hacia los puestos, nosotros íbamos a la armada los Coscojales puesto número 2, nos llevaba Carlos González de Canales, que era nuestro postor y conocía bien el puesto.

Nos colocamos en el puesto, yo llevaba un rifle 243 Win, que me dejó un amigo de mi padre. Al principio, sentimos ladras detrás de los cochinos, pero no nos cumplían al puesto, se iban más arriba y los tiraban Manuel Cobos hijo y Rafael Carrasco, se estaban tostando. Ya pasado un buen rato nos entró un primalón por la derecha a toda velocidad,  tiré pero no le dí. Sobre la una y media me entró una cochina seguida por los perros a toda velocidad, la empecé a apuntar un poco nervioso, pero justo cuando cruzó el camino, le tiré haciéndola un taco. No cabía en mí de emoción, yo saltando de alegría decía “¡ Qué lancé papi ¡”

Mi padre me felicitó, al momento llamó Carlos para preguntar, mí padre le contó lo sucedido en el puesto, ya estuve todo el rato que quedaba saltando y comentando el lance.

De pronto sentimos tirar a Carlos en su puesto, pensamos que había matado un cochino. Cuando recogieron los perros fuimos a buscarlo a su puesto y nos pusimos a rastrear el cochino que había tirado, después de un buen rato siguiendo la sangre dimos con él, lo sacaron a la pista. Entonces fuimos a enseñarle mi cochina, allí mi padre junto a ellos me cortaron el pelo con el cuchillo de monte y me untaron de sangre la cara, me dijeron que ya era Montero y me dieron la enhorabuena.

Nos fuimos a la casa, me dieron la enhorabuena todos, en especial Manuel Cobos me dio un fuerte abrazo felicitándome. Me puse a jugar, comimos todos y llegó el momento de mi noviazgo: me ataron a una silla, me echaron harina, sangre, tripas, me pusieron el cochino enzima…lo pasé un poco mal porque se me entraron tripas en la boca, con un olor muy desagradable, pero aguanté sin rechistar; luego todos me cortaron el pelo a navaja, hasta que mi padre trajo unas tijeras.

¡Que felicidad, cumplí mi sueño!

Muchísimas gracias por este fantástico día en la Priorita , no lo olvidaré jamás.

Nota de NH: Pablo, enhorabuena por tu noviazgo, por portarte como un tío con la que te liamos y sobre todo, por haber cumplido tu sueño en una finca tan especial para mi. Ahora tienes nuevas metas por conseguir, cochino grande, gamo, venao…y con los grandes maestros que tienes en la familia, empezando por tu abuelo Cheli, los irás consiguiendo, eso sí… valorando cada lance y trofeo como se merece y te han enseñado. Con  vuestros relatos, nos habéis demostrado a vuestros padres y a nosotros que habéis aprendido, que sois agradecidos y que merece mucho la pena compartir nuestra experiencia con vosotros. Enhorabuena y gracias por tu emocionante relato. Por cierto, nos costó a Manolo Cobos y a mi elegir tu puesto, y no nos equivocamos, la foto de abajo lo demuestra…