EL FIN DE SEMANA MÁS MONTERO DEL AÑO. MONTERÍA DE LOS VALLES Y LAS MESAS DEL BEMBÉZAR.

EL FIN DE SEMANA MÁS MONTERO DEL AÑO. MONTERÍA DE LOS VALLES Y LAS MESAS DEL BEMBÉZAR.

Mi nombre es Joaquín Solanas y tengo nueve años, desde pequeño me gusta la caza, he compartido muchos buenos momentos con mi padre y con mi hermano en el campo. Ahora os voy a relatar uno de mis mejores fines de semana monteros que recuerde.

 

CAPITULO 1

Los Valles. 18 de enero de 2020

 

Estábamos ya en la junta y disfrutamos de nuestro buen plato de migas, y un vaso de leche, y de repente Nono pidió atención para llamarnos al sorteo. Después de las instrucciones y normas del día, rezamos, y en suerte nos tocó el puesto número 8 de la armada de “La Casa”. A las 9:30 empezaron a salir las primeras armadas, cuando nos llamaron fuimos rápidamente al coche y nos encaminamos al puesto.

 

Al llegar al puesto estaba lloviendo, así que pinchamos el paraguas en el suelo y nos pusimos debajo a esperar mi hermano Ignacio y yo, mi padre se quedó fuera del paraguas con un traje de agua y empezó el día de caza. Lo primero que entró fue un venado que mi padre me dejó tirar, y fallé el tiro un poco delantero. Al rato entraron dos ciervas, las cuales mi padre me volvió a dejar tirar, a pesar de haber fallado el venado, y el único tiro que pude pegar también lo fallé. En ese momento, mi padre cogió el testigo, ya había fallado dos reses.

 

Al rato hubo una ladra que venía de lejos, o eso nos parecía por la cantidad de agua caía y aire que hacía. Al momento, un bermejón cruzó a todo trapo el camino, y mi padre pudo soltarle un solo tiro, le dio en un jamón, pero se fue pinchado. El puesto de al lado lo remató, cosa que nos tranquilizó.

 

Pasados unos minutos volvió a entrar el venado que yo fallé, y esta vez se quedó protegido por unos juagarzos, solo se le veía medio cuerpo delantero, pero aún así mi padre lo dejó en el sitio con un tiro del 8×68 en los encuentros.

 

Ya estaba avanzada la montería, cuando sin ladras ni nada, apareció un “cochinaco”, al que mi padre le soltó un tiro detrás de la oreja, y lo dejó seco en el sitio. Nosotros empezamos ya a celebrarlo y fuimos a verlo, porque estaba a 30 metros de la tira y en un sitio seguro. Pero cuando nos acercamos, nos empezó a gruñir y tuvimos que rematarlo con otro tiro. ¡Vaya cochino bueno aquél que matamos!

 

De nuevo bajo la chapa del puesto nos entró una cierva zorreada que mi padre falló.

 

Sobre la una de la tarde empezaron a tocar las caracolas, la montería se había suspendido por la niebla, aún así nosotros estábamos muy contentos. Recogimos y sacamos los bichos del monte con una cuerda y con la ayuda de nuestro pequeño Suzuki Vitara.

 

De allí a la junta de carnes, donde disfrutamos de una buena comida al calor de la chimenea, ya que estábamos todos bastante mojados. ¡Qué alegría mojarle la oreja a Cheli! Y pasar el rato con mi amigo José Mª Medina.

 

Cuando disfrutamos un rato viendo nuestro cochino, nos dirigimos a casa, pero no a Córdoba, sino a Navalaencina.

 

Cuando llegamos papá preparó una buena candela, nos duchamos, e invitamos a algunos amigos monteros a cenar, con toque de queda, mi padre dijo que le gustaba mucho la caza como para no descansar y a las once y media ya estábamos en la cama. Hacía tanto frío que tuvimos que meter en la cama unas bolsas de agua caliente para dormir bien, porque al día siguiente teníamos la montería de Las Mesas del Bembézar…

 

 

CAPÍTULO 2

Las Mesas del Bembézar. 19 de enero de 2020

 

 

Todavía no eran las siete de la mañana y ya mi padre nos despertó a mi hermano y a mi. Nos aseamos, nos vestimos, y nos preparamos para la montería. Tuvimos suerte porque pasamos la noche en Navalaencina, y ya amanecimos en Villaviciosa.

 

Después nos fuimos a un bar del pueblo donde nos esperaban nuestros amigos, Álvaro Giménez y su hijo Alvarito. Y desde allí nos encaminamos a la montería. Pronto nos encontramos de camino una gran fila de coches, y así llegamos hasta la junta. Allí me encontré con mis amigos, José Mª y José. Desayunamos y, al momento, Pedro pidió atención, dio las instrucciones y rezamos, ya que el sorteo que fue días antes en el Club Hípico de Córdoba para aligerar la salida de las armadas, ¡que éramos muchos!

 

Nos tocó el puesto número 12 de la armada “La Loma de los Puntales”.

 

Al rato las armadas comenzaron a marchar, nosotros nos preparamos para salir, ya que sabíamos que había que armar la finca rápidamente. Al llegar al puesto nos preparamos, sacamos el rifle, las balas, y nos sentamos. Al rato nos entraron dos venados, con los que mi padre pudo quedarse, haciendo un doblete de dos tiros.

 

Después empezaron a pasarnos ciervas, que mi hermano Ignacio intentó tirar, pero no lo consiguió al no verlas muy bien. Después dio la cara un venado muy tapado que mi padre pudo tirar justo antes de llegar al viso, con la suerte de quedarse también con él.

Ya no nos entró nada más, pero seguimos atentos y disfrutando de la montería y de cazar en abierto en un sitio tan bonito de la sierra.

 

Al llegar a la casa nos hicimos una foto en la pared del cortijo, que nos recibía así:

 

Salve noble caballero que, en pos de la montería, pasas por este sendero a la brava serranía que te da la bienvenida y, de montero tu historia, quiera Dios que esta partida deje agradable memoria.

 

Y tanto que nos dejó agradable memoria…

 

Ya en la comida, pasamos un rato con los amigos comentando el gran resultado de nuestro puesto. Al poco, llegaron Álvaro y Alvarito, habían hecho el puesto de la montería cobrando 4 cochinos y un venado, estábamos todos contentísimos.

 

Yo entre juegos me comí un buen plato de cocido. Después de un rato nos fuimos a la junta de carnes, y allí recogimos el trofeo de uno de los venados para tener una tablilla de las Mesas, ya que es la primera res que cobraba mi padre allí.

 

Volvimos a casa comentando la suerte que tuvimos durante el fin de semana, vaya puestazos. Esos dos días cobramos 4 venados y  dos cochinos, uno con un trofeo muy bonito. Ojalá podamos volverlo a repetir.

FIN

Nota de NH: Querido Joaquin, queremos darte las gracias y la enhorabuena por compartir con todos tu maravillosa experiencia.  Eres un gran cazador y estamos muy orgullosos de tenerte como Montero en Nidohunting. Suerte en el concurso.

 

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